El mundo de la poesía, en tanto que de rosa y azucena, también tira de motivo floral para ser un poco gamberra y liberar lo que en el mundo académico se llama formalmente mala hostia (aunque los amigos de la escuela granadina vienen a llamarlo mala follá, que tiene un toque diferente y particular, pero bien vale).
La cuestión es que The Conversation publica mi artículo «Twitter acoge al club de los poetas gamberros», disponible en abierto para todo el mundo. En este artículo comento un fenómeno interesante, que es la poesía con titulares. Este es un adelanto de una investigación extensa que se publicará en 2019.